martes, 21 de mayo de 2013

Entrevista al asesor en la elaboración del estudio de impacto ambiental del proyecto Octopus


(Publicado en La Discusión, 19 de Mayo de 2013)
Escrito por Roberto Fernández

El profesional sostuvo que se debe trabajar en la aislación térmica para bajar el consumo de leña de manera gradual.
Marcelo Mena Carrasco es un reconocido investigador en el área de las ciencias ambientales. Es ingeniero civil químico egresado de la Universidad Católica de Valparaíso, experto en Ciencias Atmosféricas, director del Centro de Sustentabilidad de la Universidad Andrés Bello y profesor de la Escuela de Ingeniería Ambiental de la misma casa de estudios.
Experto en Ciencias Atmósfericas, ha participado en numerosos proyectos de investigación y ha recibido distinciones a nivel internacional. De hecho, ha sido investigador posdoctoral en el Centro de Cambio Climático del Instituto Tecnológico de Massachusetts.
Es por ello que su opinión es respetada en temas de contaminación atmosférica y como asesor en la elaboración del estudio de impacto ambiental del proyecto Octopus, que se pretende construir en Bulnes, es una voz autorizada para conocer las características de la megacentral termoeléctrica a gas natural que inversionistas chilenos y norteamericanos quieren desarrollar.(...)

Central octopus
-¿Cree que el desarrollo del proyecto de central termoeléctrica a gas natural Octopus, que se supone factibilizará la comercialización de gas natural en Chillán a precios más bajos, es una alternativa real para superar el problema de contaminación en la capital de Ñuble?
-Sí, porque accederán a gas natural un 30% menor al costo actual. Hoy, el gas natural de Chillán llega desde Argentina, y se está frente a los precios arbitrarios que pudieran entregar desde más allá de la cordillera. Un terminal de gas natural permitiría tener gas natural para la industria, generación eléctrica y calefacción residencial. El año 2004 se fue el gas argentino de Santiago, y la contaminación empezó a empeorar porque la industria empezó a usar combustibles sucios. El 2009 entró en funcionamiento GNL Quintero (terminal regasificador de gas natural licuado) e inmediatamente se revirtió la tendencia negativa. El gas natural volvió a la industria y Santiago llegó a los niveles más bajos de contaminación de su historia.



- Una de las razones de los opositores a la construcción de la central  Octopus es su eventual impacto ambiental. En ese sentido, ¿qué impacto pueden tener las emisiones de gases contaminantes de la proyectada central en el entorno?
- A diferencia de las centrales a carbón, una central a gas es casi el doble de eficiente -por tanto, emite 50% menos CO2 (dióxido de carbono)-, no emite metales pesados, material particulado, azufre, y todas esas cosas que hacen que una central grande sea detestable. Yo soy experto en ciencias atmosféricas y tengo claro que no es lo mismo quemar carbón que quemar gas. En cuanto a otros contaminantes, como los óxidos de nitrógeno, este tipo de central emite 15 veces menos que una equivalente a carbón, como las que han causado polémica en el norte.
Hay dos contaminantes que pueden generar una central como ésta. El NOx (óxido de nitrógeno), que es un precursor de PM2.5 (aunque poco eficiente), forma NO2 (dióxido de nitrógeno) y ozono. En nuestras simulaciones hemos visto que el aporte a la concentración de PM2.5 a la zona es menos de una milésima de PM2.5 en ug/m3. Anualmente, Chillán tiene concentraciones en torno a 40ug/m3. Estamos hablando algo que es mil veces menos la contaminación que ya existe en la zona. Me aventuraría que una quema agrícola por sí sola aportaría más a la contaminación de la zona que esta central. Además, usamos el modelo WRF-Chem, el estado del arte mundial con el que mi grupo ha participado en 12 publicaciones científicas en Brasil, Mexico, Estados Unidos y Asia, y que es base del nuevo sistema de pronóstico de calidad de aire que está desarrollando la Dirección Meteorológica de Chile,  para ver la formación secundaria de material particulado en la forma de nitrato, o en la formación de ozono. No hemos visto más que 0.5 ppb (partes por billón) de ozono de impacto máximo en una zona que no tiene problemas de ozono. Además, no altera las concentraciones de NO2 de la zona. Esto se debe a que una central a gas puede tener toda suerte de tecnología equivalente a un “convertidor catalítico” para la chimenea. Es decir, 100% menos PM2.5, 100% menos azufre, sin acopios de cenizas, ni camiones que anden transportando compuestos tóxicos, mucho menos consumo de agua, 15 veces menos NOx que una central a carbón, y además, 58% de las emisiones de CO2. Cuando yo celebré la derrota de Castilla, algunos exaltados me decían: ¿cómo vamos a sacar energía ahora? Yo decía: gas natural, es mucho más limpio que el carbón (infinitamente más limpio). Y en este caso se podría aprovechar la llegada del gas para además, limpiar la industria y calefacción de la zona. Un gana-gana como pocas veces se ve.

- La depresión intermedia de Ñuble, específicamente la zona de Bulnes, que tiene una escasa ventilación, ¿es un lugar propicio para la instalación de una megacentral termoeléctrica?
- Nosotros modelamos usando el modelo WRF-Chem, a 4 kilómetros de resolución, y hemos replicado exitosamente las condiciones meteorológicas observadas en la zona. Las condiciones de mala dispersión son aplicables al Valle Central completo. Chillán sufre de las mismas condiciones. Y claramente, una central a carbón sería fatal en la zona. Pero cuando emites muy poco, el impacto es mínimo. Hay algunos que han levantado el tema de la lluvia ácida. Nuestro modelo considera la formación de ácido nítrico, un componente menos severo que el ácido sulfúrico (termos a carbón), y hemos visto que las concentraciones de ácido nítrico que se forman son bajas, y no se destacan en comparación con otras fuentes regionales, como ciudades, termoeléctricas, usinas, quemas agrícolas, e industrias.

- ¿Cuáles cree usted que debieran ser las exigencias de la autoridad ambiental al proyecto Octopus?
- Demostrar que no empeora la calidad de aire de la zona en PM2.5, NO2 y ozono. Eso estudiamos. Usando el modelo más completo. Es una de las primeras veces que se usa el modelo WRF-Chem en un estudio de impacto ambiental (EIA), que será presentado pronto a la autoridad. El Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) recomendó su uso el año pasado, porque los modelos usados en termoeléctricas mostraban condiciones idealizadas de dispersión. Acá consideramos todo, topografía, uso de suelo, etcétera. Este proyecto y contexto social ambiental amerita que usemos supercomputadores para dar el mejor cálculo posible. Y eso hicimos.

- ¿Cuáles cree usted que debieran ser las medidas de mitigación que debe contemplar el proyecto Octopus?
- La mitigación debería ser proporcional al impacto. Y el impacto es insignificante. Pero de buena fe, y a título personal, yo creo que una buena colaboración para entregar gas natural o agua caliente a los vecinos de la planta es una buena cosa. Así, tener una central cerca es algo bueno.

Legislación ambiental
- ¿Qué debilidades observa en la legislación ambiental chilena, en cuanto a la evaluación de proyectos que tienen un impacto en la atmósfera?
- Faltan mediciones de calidad del aire que puedan determinar mejor la línea base. Y generalmente, los modelos que se habían estado usando eran simplificados, que mostraban que los contaminantes se dispersaban, sin consideración de la topografía. Pero acá usamos el modelo que recomendó la Universidad de Chile en su informe, que fue la base de la Guía SEA sobre modelación que se publicó recientemente. El modelo usado es el estado del arte, y es el más exigente, ya que muestra todos los impactos de todos los contaminantes en forma simultánea.  Es lo mínimo que podríamos hacer, ya que fui crítico de los modelos que se usaron en proyectos carboneros en el norte. Participé en este proyecto por mi compromiso por el aire limpio.

Fuente:
http://www.diarioladiscusion.cl/index.php/ciudad/noticias964883477/salud287500358/25890-experto-ambiental-debiera-estudiarse-un-subsidio-a-los-combustibles-limpios

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