Escrito por María Eliana Vega
Vecinos inquietos y preocupados por los potenciales impactos del proyecto Terminal Octopus LNG para construir un terminal marítimo gasífero en la Bahía de Concepción, fueron los que concurrieron hasta la Escuela Patricio Lynch, de Lirquén el pasado jueves 6 de junio, con el fin de conocer detalles de esta iniciativa de la empresa Australis Power.
Se trataba de la primera jornada de Participación Ciudadana, en el marco del proceso de evaluación ambiental del proyecto, que fue reingresado al sistema el 22 de abril pasado, luego que en primera instancia la empresa debió desistirse por las debilidades que presentaba su estudio de impacto ambiental.
Jóvenes, pescadores artesanales, dirigentes vecinales y vecinos de Penco y Lirquén, siguieron con gran atención cada a exposición que hicieron, en primer término los profesionales del Servicio de Evaluación Ambiental, SEA y posteriormente representantes de la empresa. Hubo variadas consultas y también expresiones claras de oposición al proyecto y preocupación por sus potenciales impactos contaminantes. No se restaron de la jornada, el alcalde de Penco, Víctor Hugo Figueroa y un par de concejales.
Fueron los profesionales del SEA los que iniciaron la ronda de exposiciones -sin la presencia de la empresa- oportunidad en la que explicaron detalles del mecanismo de participación ciudadana establecido en la ley, cuáles son los derechos y deberes en este marco y los pasos a seguir.
Durante las intervenciones de los asistentes, hubo algunos que lamentaron que no hubiese más lirqueninos presentes o que no hubieran concurrido las algueras, por ejemplo. También hubo algunos cuestionamientos a la labor del municipio en la difusión de la actividad de participación ciudadana.
El alcalde Víctor Hugo Figueroa quiso aclarar las inquietudes ciudadanas y partió aclarando que como municipio “no tenemos facultades para detener este proyecto. Somos parte del equipo técnico evaluador, pero la aprobación la realiza otra instancia”. Dijo asimismo que muchos vecinos les han pedido que detenga el proyecto, “pero yo no tengo atribuciones para eso”, reiteró. Explicó asimismo, que el municipio no convocó a la reunión en cuestión, sino que fue el SEA y que la convocatoria fue amplia y abierta a todos los interesados.
Al margen de estas aclaraciones, otras intervenciones apuntaron a la pertinencia e importancia de la participación ciudadana en la evaluación del proyecto.
¿“Cuánto pesa la participación ciudadana? Se crean muchas expectativas en torno a esto, pero qué tan decisiva es. ¿Tiene alguna incidencia en la evaluación del proyecto?”. Fue la pregunta que planteó una joven asistente a la reunión.
Fue Sandra Barrera, profesional del SEA, quien se encargó de contestar. “La opinión que tenga la ciudadanía en cuanto a rechazar o aprobar el proyecto, no es vinculante ni tiene incidencia en la aprobación o no del mismo”, partió aclarando. “Esto no es un plebiscito ciudadano para ver quién está a favor o en contra”.
En lo que sí puede haber incidencia, dijo a reglón seguido, es en las objeciones técnicas que se puedan hacer al proyecto, en cuanto a aspectos no considerados en el estudio de impacto ambiental o que han sido insuficientemente evaluados. “Si hay un aspecto que no fue abordado, eso podría generar un rechazo, por eso es importante la participación”, recalcó.
También habló Nelson Cortés, del SEA, quien entregó algunos lineamientos sobre el tipo de proyecto que es Octopus y en qué fijarse al momento de consultar. Consultado sobre por qué se está evaluando solamente el terminal marítimo, si se sabe que el proyecto contempla mucho más, Cortés explicó que este proyecto es el único que ha ingresado al sistema por ahora, por tanto él SEA no está en condiciones ahora de decir que se trata de un proyecto fraccionado, algo que las modificaciones incorporadas a la Ley de Bases del Medio Ambiente, prohíbe.
Expone titular del proyecto
Luego de una pausa, le correspondió el turno a los representantes del proyecto Octopus, encabezados por el gerente general Alfonso Ardizzoni. Aún no empezaban su exposición, cuando varios letreros se alzaron en contra de Octopus. En todo caso, fue una manifestación más bien silenciosa, ya que no hubo interrupciones durante la exposición de quien explicó detalles del proyecto.
Previo a eso, se mostró un video sobre Octopus y luego habló Alberto Schwend, gerente del proyecto, quien partió señalando las ventajas de la iniciativa y precisando que no es único, ya que en el mundo existen otros 14 terminales de estas características.
Básicamente el terminal es un barco isla, donde se realizan las descargas de gas natural que se traerá desde Estados Unidos y que se inyectará a los ductos existentes del gasoducto del Pacífico, que no se utilizan en la actualidad, par ser distribuidos a distintos clientes.
Al momento de identificar los impactos ambientales en los distintos componentes, éstos fueron bastante menores. El impacto negativo mayor se reconoce en el Humedal Rocuant Andalién, durante la construcción del terminal, ya que en ese sector se emplazarán las faenas. Con todo, aseveró que el impacto será acotado, que terminará una vez que se terminen las faenas y que existirá un monitoreo permanente. También en la fase de construcción, reconocen un impacto negativo mayor en el medio marino en las especies hidrobiológicas, que también aseguran que desaparecerá con el término de las obras. Eso sí, durante la operación del proyecto habrá una zona de exclusión en torno al terminal marítimo que podría afectar el normal desarrollo de la actividad pesquera artesanal.
Luego de otras explicaciones generales, surgieron de inmediato las consultas e inquietudes. De representantes de pescadores artesanales respecto de las restricciones e impactos en las áreas de manejo y en los recursos. Esto porque en un momento de la exposición Schwend explicó que durante la operación del terminal se emplearía agua de mar la cual sería devuelta al medio marino con una temperatura más baja que la normal.
Asimismo se cuestionó que se informara del establecimiento de mesas de trabajo con dirigentes de dos sindicatos de pescadores, pues se aseguró que eso no era real. Hubo, también, consultas sobre sitios arqueológicos presentes en el sector que interesa preservar y que podrían verse afectados por este proyecto.
En general, las inquietudes fueron numerosas y los representantes de la titular del proyecto se vieron, por momento, complicados para responder con claridad o con sustento técnico. Por ello, para muchos asistentes quedaron más interrogantes abiertas que dudas respondidas. Ante eso, quienes se oponen al Proyecto Octopus en Penco, señalaron que seguirán adelante con sus acciones de difusión en rechazo a esta iniciativa y preparando las observaciones que se entregarán en el proceso de Participación Ciudadana que vence el 1 de agosto de este año.
Fuente
http://www.tribunadelbiobio.cl/portal/index.php?option=com_content&task=view&id=7365&Itemid=100
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