Opositores plantean que existirán emisiones contaminantes y que discurso verde nunca se concreta en la realidad. Dicen que solución sería instalarla en el norte o proponer la creación de una central hidroeléctrica.
Tras los dichos del gerente de Asuntos Externos del proyecto termoeléctrico Octopus, Juan Gallardo, quien aseguró que la planta generadora que pretenden instalar en Bulnes es compatible con el mundo rural, agricultores locales sacaron la voz y manifestaron su molestia.
Gallardo, en conversación con LA DISCUSIÓN, manifestó que se busca generar una potencia de 1.140 MW a través de una central a gas natural, y además garantizó la reutilización de los gases de escape de la turbina a gas para generar vapor, obteniendo un mayor rendimiento que una central a carbón y sin las emisión contaminante de esas plantas.
“En total, las emisiones de esta central en un año son equivalentes a lo que emiten 24 estufas a leña de doble cámara, o sea catalíticas, durante un invierno. Una central de estas características genera un 60% menos de CO2 y 90% menos de NOx que la carbonera más moderna y no emite material particulado”, explicó Gallardo para sustentar el proyecto.
No obstante José Jara, agricultor exportador de frutas de Bulnes, además representante de la mesa directiva de Bulnes sin Termoeléctrica, señaló que es el mismo discurso que se dice en todos lados. “Si uno revisa la historia de las termoeléctricas es el mismo, que son compatibles con la agricultura de un sector y cuando se instalan se dan cuenta que no es así. En la zona de San Fernando había una termoeléctrica que iban a instalar, pero se echó para atrás porque era incompatible con el mundo agrícola, por viñas. Es cosa de que cada uno se pregunte: ¿consumirás un producto que esta cerca de la termoeléctrica?”, dijo Jara.
Explicó que muchos productos que genera la zona de Bulnes son de exportación, y que debido a la construcción de esta central, las empresas de semillas, frutas y quesos, entre otras, deberán cumplir con mayores requisitos para ser exportadas, si es que lo permiten, debido a las exigencias del mercado internacional.
“En mi caso, estoy certificado, exporto arándanos que se van a Europa principalmente, Estados Unidos y Japón. Si bien son pequeños huertos, sumados todos los otros agricultores son muchas hectáreas que sufrirán por las emanaciones de gas que ellos dicen que no habrá”, continuó.
Por su parte Manuel Larraín, uno de los socios de Comercial del Campo, fundo de quesos Los Tilos y El Roble, manifestó que basta con mirar a otras zonas donde se han instalado termoeléctricas y que actualmente sufren serios problemas de contaminación y emanaciones de gas.
“No tiene sentido que se instale acá, la Octava Región no necesita más energía, el problema lo tienen en el norte. ¿Por qué no la hacen allá? Tomando en cuenta que se traerá el gas desde Estados Unidos, cuál es el sentido de que lo hagan acá, si gastarán más en el traslado”, indicó Larraín.
Agregó que en Chile no hay ninguna termoeléctrica que funcione 100% a gas. Todas contemplan petróleo al menos en alguna etapa de funcionamiento.
Respecto a los puestos de trabajo que la empresa señala, aportará a la comunidad bulnensina, Larraín precisó que no se tratará de un aporte. “Es una mano de obra altamente capacitada que aquí no tenemos, traerán gente de otros lugares como Argentina y Santiago, y con suerte contratarán un par de ñublensinos, pero no será algo importante, tanto como el daño que traerá”, puntualizó.
Solución
El dirigente agrícola Alfredo Schmidt señaló que la solución más efectiva para combatir el déficit energético que tiene el país no es la instalación de una termoeléctrica, sino poder aprovechar de mejor forma los recursos hídricos que se tienen, con hidroeléctricas.
“En Ñuble hay millones de metros cúbicos de agua, podemos tener energía desde el agua, poniéndole turbinas. Europa está llena de centrales de paso, de hasta 500 megas, y queremos producir energía con materia prima que no tenemos”, finalizó Schmidt.
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